martes, 29 de septiembre de 2015

STUDIO GHIBLI: Historias de vida – Cuarta Parte –


Partes anteriores sobre la filmografía del estudio:

Llegamos a la última parte del compilado de películas del estudio Ghibli, ya pasamos por dos topics relacionados a los mundos mágicos del estudio (principalmente obras de Miyazaki), y en la tercera parte nos adentramos al “otro” Ghibli, con algunas de sus películas menos conocidas, con otro diseño de personajes y con historias más traídas a nuestra realidad.

Corría el año 1999 cuando Isao Takahata traería una producción bastante diferente de lo normal con “Mis vecinos los Yamada” adaptación del manga de Hisaichi Ishii.

Tonari no Yamada-kun


La trama de esta película va directamente por el día a día de una familia muy ruidosa, compuesta por el padre trabajador, la preocupada madre ama de casa, la abuela, el adolescente, la pequeña y un perro para completar la cuota de comedia.


A modo de una numerosa secuencia de 4-komas, se nos relatará de una manera muy especial pequeñas historias enfocadas en alguno de los familiares o determinadas situaciones que los involucran a varios integrantes de la familia, o a la familia completa, tales como olvidar que era lo que faltaba comprar, o quedarse dormido para ir al trabajo, entre otras. En otras ocasiones se darán historias familiares más extensas (de 5 a 10 minutos) como que la pequeña de la familia se pierda en un centro comercial, o que los motoqueros del barrio molesten a los vecinos con los ruidosos caños de escape.



El estilo rompe con los esquemas del estudio, siendo la primera y única producción enteramente hecha por computadora. El diseño es caricaturesco y simplista emulando al del manga, alternando en momentos especiales con un diseño parecido sacado de un boceto. La película, para lo que es en sí, resulta muy extensa llegando por momentos a lo tedioso, puede que sea una película difícil de adaptarse a su ritmo, así como no resulta para un público general, con la cotidianeidad del japonés promedio, aunque sobre la segunda mitad se le va agarrando el gusto a algunas de las historias… un 7/10 y un consejo: no la vean de corrido.



En el 2011 le tocaría la adaptación de un manga shojo de Tetsurou Sayama y Chizuru Takahashi llamado “La colina de las amapolas”, que serviría a Gorou Miyazaki para reivindicarse como director tras el fallido intento de los Cuentos de Terramar, ya en esta instancia contó con el apoyo de su padre.

Kokurikozaka kara


Nos situamos en el Japón de 1963, aún resentido por las consecuencias de la Guerra de Corea, y a un año de los Juegos Olímpicos de Tokyo.


Umi Matsuzaki es una jovencita laboriosa de fuerte personalidad, ella realiza varias labores la pensión para mujeres solteras que regenta su abuela, cuidando además de sus hermanos menores. Todos los días ella iza banderas que se ven desde el mar (ya que la gran casona queda sobre una colina fácilmente visible en la costa), con mensajes para su padre, capitán de barco fallecido en la guerra de Corea.


En medio del receso de clases, una noticia es difundida por todos los miembros de la casa Club “Quartier Latin” (Barrio Latino), la casa club va a ser demolida y construida a nueva, por motivo de la ordenanza de renovación edilicia del gobierno a causa de los Juegos Olímpicos.



Mientras que uno de los miembros del club de periodismo, Shun Kazama se lanza desde el techo a modo de demostrar la causa heroica de defender el viejo edificio. Esto alarma a Umi, que va a su encuentro cuando cae en un estanque, resultando en el inicio de un tumultuoso romance y la dura defensa del viejo Quartier Latin.



La película pasa a ser un culebrón amoroso con un dinamismo en su trama, que en su hora y media no nos despega del asiento. Hermosa en el arte, cómica en situaciones de la casa club, dramática en la relación que se forma entre Umi y Shun, no nos suelta hasta el mismísimo final. Hermosa y bien dirigida, uno se asombra que hayan tenido al mismo director que Gedo Senki, notándose el apoyo de producción de Miyazaki padre en esta ultima obra. Una muy recomendada, un 9/10.



En el año 2013 vendrían dos estrenos del estudio de manos de Miyazaki y otro de Takahata, así como sucediera en 1988.

The Wind Rises llegaría el 20 de Julio con una fórmula que a Miyazaki le gusta mucho, y que incluso inspira el nombre del estudio: los aviones. Basada en la novela “El viento se levanta” de Tatsuo Hori, la cual entremezcla parte de la biografía propia del novelista y del diseñador de aviones caza de la Segunda Guerra Mundial, Jiro Horikoshi. Siendo esta la última película que hiciera en el Studio Ghibli antes de retirarse del mismo, dirigida a un público adulto.

Kaze Tachinu


Corre el final de la primera guerra mundial, un niño de clase alta llamado Jirou Horikoshi que por su miopía no podrá conducir aeronaves sueña en cambio con construirlas, es así que por medio de una revista “en inglés” conoce el trabajo del conde Giovanni Battista Caproni, un importante ingeniero aeronáutico Italiano, con el cual comienza a verse en sueños, sirviéndole de inspiración para su futuro.   



Pasan los años, la primera guerra ya ha finalizado, Jirou ya es un joven adulto. Viajando en tren hacia el instituto de formación en aeronáutica de la Universidad de Tokyo, surge un contratiempo: el terremoto de Kanto de 1923; él no dudará en ayudar a una jovencita y su empleada, la cual se ha torcido el pie, sin saberlo, esta jovencita cobrará mayor relevancia en su vida años después.



Finalmente sería reclutado como ingeniero en la “Mitsubishi Heavy Industries”, para construir el caza perfecto, la aeronave con la mejor estructura, y él se encargaría inicialmente de sus alas. La historia avanza con un Jirou adulto, obsesionado con la aeronáutica, para ello seguirá especializándose y estudiando, en tanto su vida comienza a pasar por muchos cambios inesperados.



Como una obra histórica resulta enriquecedora, nos llevará por algunos de los sucesos más relevantes, ya sean propias de la historia Japonesa, o más en general tocando la globalidad de las dos grandes guerras. La película es excelente para un público maduro, presentándonos dos facetas, por un lado la vida del verdadero Jirou Horikoshi reflejada en el trabajo aeronáutico que se muestra en la obra, siendo la parte romántica tomada de la vida del novelista Tatsuo Hori, dándonos así dos caras de una misma época vivida por los japoneses. Una obra muy recomendada 10/10 para ser visto con un ojo objetivo, siendo una parte de la historia que sectores gubernamentales del Japón quieren olvidar, y que lamentablemente a pesar de la excelente critica internacional que tuvo, no recibió el Oscar al enfrentarse con una película de Disney, cosa que también sucedería el año siguiente con la princesa Kaguya.



El 23 de Noviembre del mismo año llegó “El cuento de la princesa Kaguya”, basada en la leyenda japonesa del Cortador de bambú, dirigida por un Isao Takahata que gustó de probar distintos estilos de arte durante toda su carrera (tomemos en cuenta que también dirigió los éxitos mundiales de Heidi y Marco, entre otras obras antes de la fundación de Ghibli), rumoreándose que también marco un cierre del director en la industria de la animación.

Kaguya-hime no Monogatari


La historia da comienzo con un cortador de bambú en una pequeña aldea, él encuentra un brote fuera de lo común que crece hasta abrirse frente a sus ojos, dentro del brote surge una pequeña princesa de diminuto tamaño, quien no habla, pero con su sonrisa él considera que es un regalo de los dioses, decidiendo llevarla a su casa.



En su casa, su esposa decide que deben de cuidarla, en tanto la preciosa princesa cambia de forma al tamaño de un bebé recién nacido. Extrañamente a pesar de ser una mujer entrada en años, la esposa del cortador de bambú comienza a dar leche. Mientras la princesa crece a un ritmo acelerado, regalos comienzan a llegar en otros brotes tales como oro o kimonos de finas sedas, siendo ella sobreprotegida por sus padres que consideran que fue enviada por los dioses para convertirse en una princesa en la tierra.




La animación es espectacular, dibujada enteramente a mano, notándose claramente los trazos y bruscas pinceladas en momentos memorables de la película. La trama con un ritmo lento pero aun así atrapante con su animación nos absorbe en medio del relato, mientras que los padres adoptivos de la princesa no terminan de comprender ni la situación ni los sentimientos de ella. Esta fue una de las últimas obras del estudio, con ganancias que llegaron a la mitad de los altísimos costos de producción, a pesar de la excelente recepción que tuvo por parte de la crítica, no así fue tan favorecida por el público en general como si lo fue “El viento se levanta” de Miyazaki en el mismo año. Una película que por su belleza artística es más que recomendada, otra 10/10 que no se pueden perder.




En el año 2014 llegaría la última película del estudio, y la última adaptación de quien también dirigió Arrietty: Hiromasa Yonebayashi (ya que luego del estreno anunció su retiro de Ghibli).  La adaptación de Joan G. Robinson “Cuando Marnie estuvo allí” bajo el título en japonés:
Omoide no Marnie


Anna es una jovencita con muchos problemas para relacionarse con sus compañeros de clase, prefiere apartarse y dedicarse a sus dibujos, un día padece un fuerte ataque de asma que la lleva a hacer reposo en su casa, cuando lo peor pasa el médico le sugiere a su madre que ella debería pasar un tiempo alejada de Sapporo, viajar al campo para que su salud mejore.



Anna no tiene inconveniente con esto, supone que es una molestia para su madre adoptiva y prefiere el convivir con unos tíos alejada de una ciudad que aparentemente no la aprecia. Es así que los joviales Ooiwa la reciben en su casa como si fuera su propia hija, animándola a salir y realizar actividades muy a su pesar, pero aun así ella no parece disgustarse con su afecto y decide salir a dibujar en la orilla del “pantano”.


Desde la orilla del pantano se puede ver una hermosa mansión de estilo europeo, que con la marea baja Anna consigue llegar hasta la mansión para descubrir que está cerrada y hace mucho tiempo que no tiene quien la habite… Sin embargo la sorpresa llegará a cuando descubra que en la noche la mansión cobra vida, y en ella aparezca Marnie, una alegre y hermosa jovencita decida adoptarla como su amiga, iniciando así una amistad entrañable, pero albergando un gran misterio.


Una película hermosa, con una animación muy destacable, la historia de Anna y Marnie llegará a conmoverlos y los transportará en casi 2 horas a resolver todos los misterios que esta relación despertará. Una destacada producción del estudio que se siente algo lejana en esencia a todo lo que anteriormente nos había presentado, se lleva consigo un 10/10.



Aún no se sabe la situación en la que se encuentra el estudio, las últimas noticias han sido desalentadoras tras la “jubilación” de Miyazaki, ya que algunos miembros del staff se han retirado después de estas últimas dos producciones que no sobresalieron en números de ganancias, de momento se sabe que están teniendo una reestructura y que el estudio todavía no apaga su llama. Mientras tanto en Japón su museo sigue siendo una gran atracción para los fans de sus películas.  



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