Basado en el manga seinen de
Yokoyari Mengo (que aún está en emisión), nos llega un grupo de personajes con
una historia que se sale de lo convencional.
Hanabi Yasuraoka está enamorada
de su vecino desde pequeña; ahora ella ha ingresado en la preparatoria, y quien
es su profesor, Kanai sensei, es su preciado “onii-chan”, pero él solo la ve
como la niña que vio crecer y está enamorado de la profesora de música, Akane
Minagawa. De la profesora de música hace un par de años que está enamorado Mugi
Awaya, y por un tropiezo del destino Hanabi y Mugi se encuentran en medio de su
desdicha.
Bajo un manto de penurias de
amores no correspondidos, una extraña amistad crece entre los dos. La necesidad
de afecto y apoyo hace de lo suyo y da el lugar a un juego en el que ambos
suplirán la necesidad de amor ofreciéndose su compañía mutua y sus cuerpos.
Pero ellos, inteligentes,
populares, y buen mozos no sólo se tendrán mutuamente y añorarán el afecto de
sus mayores, sino que también tendrán sus propios admiradores que harán de la
trama un montón de giros retorcidos y sorprendentes.
Con esta serie nos encontramos
con un tema que se ve mucho en el arte japonés desde el punto de vista
literario y del cine. Así como podemos encontrar en Tokyo Blues de Haruki
Murakami, en esta serie encontramos reflejado algunos aspectos de la sociedad
actual japonesa, presentándose como una sociedad individualista subrayando la
falta de afectos y la magnificación de la sexualidad.
Probablemente les resulte una
historia muy amarga, algunos la nombran como “agridulce” pero para mi gusto directamente
fue muy frustrante de ver. Estuve a punto de dejarla por la mitad a pesar de lo
corta que era, porque no es una serie que nos vaya a llenar o alegrar, es una
serie en la que podemos llegar a odiar mucho a los 6 personajes en los que se
centra la trama.
¿Por qué los podemos odiar?
Porque esta serie se enfoca en la transición de la adolescencia a la adultez, en
el abandono de la inocencia y en la manifestación sexual. Es así que nos presentará
a estos personajes cuyos sentimientos amorosos no son correspondidos, son
prohibidos, o parecen encajar pero en realidad no pasan de la situación del
momento; y a raíz de esto terminaran tomando diversas decisiones para así
intentar seguir adelante con sus vidas, aunque esas decisiones los pueden
perjudicar, ellos optan por seguir distintos caminos resignados o por “probar” buscando
saldar un sentimiento de la peor manera.
Si bien a nivel artístico y de
trama se puede decir que es una gran serie, definitivamente no es para
cualquiera. Mucha gente se vio disconforme ante el final por X o Y resultado,
algunos personajes cayeron en una especie de vorágine extrema que los engulló,
y uno puede decir que tuvieron un crecimiento, pero no nos dejan con una sensación
positiva en su totalidad. De hecho desde mi perspectiva la serie terminó siendo
muy displacentera y si bien cerró con el final me resultó sumamente frustrante.
Comprendí el mensaje sobre la individualización y el proceso madurativo que ya
les comenté, pero tómenla con pinzas porque puede llegar a hacerlos enojar
mucho con sus protagonistas.
Sello editorial: Alfaguara –
Serie Roja (Santillana)
Conocí a este libro en la reunión
del #clubdelecturaUY del mes pasado, donde gracias a Santillana se presentó la
autora Magdalena Helguera. Ella era motivo de alegría para todos los demás por su
larga trayectoria como cuentista infantil, aunque yo sinceramente no la conocía.
Para engancharnos a todos con
esta obra, la escritora hizo algo que hasta entonces no habíamos visto en el club,
y es que ella misma decidió leer el primer capítulo de su libro; allí el relato
con sus entonaciones cobró vida, y fue muy genial ya que no sé si nosotros le
hubiésemos dado la misma entonación en nuestras cabezas.
En el primer capítulo nos cuenta,
con un relato socarrón, sobre una jovencita de 13 años llamada Fernanda, que está
en las vacaciones de verano; por un error de su madre se despierta bien
temprano, y ella aprovecha para irse a bañar. En medio de su ducha siente a su
perrita Himalaya (quien es motivo de
risas para todos los vecinos del barrio que la comparan con una rata por su
tamaño) ladrar. La pequeña perra ladra por todo, pero cuando Fernanda sale de
su casa se lleva una gran sorpresa, y es que encuentra una caja en el canasto
de la basura.
La primera impresión de Fernanda
es que se tratan de cachorritos abandonados, y por eso Himalaya llora y algo se
queja dentro de la caja, pero su sorpresa es mayúscula al abrirla y encontrarse
con un bebé humano.
Si bien el escueto libro comienza
con una buena dosis de chistes, que quizás estén arraigados en la mano de quien
escribe, acostumbrada a historias infantiles, tras pasar el primer capítulo el
buen humor se pierde, y da lugar a la gran seriedad que necesita la historia.
A través de esta obra la autora
nos pide algo remarcable y es el de generar conciencia: en medio de la
desesperación de Fernanda que está intentando llevar un trabajo casi que
policial indagando entre los vecinos y entre sus recuerdos para encontrar antes
que la propia policía a la madre del bebé, Fernanda nos pide que no pre
juzguemos a la madre, que no la llamemos “madre desnaturalizada” como muchos
dicen con descuido, que meditemos sobre las distintas realidades y situaciones
extremas que la pudieron llevar a tomar una decisión tan drástica.
Si bien el relato está dirigido
en primera instancia para un público joven, creo que es esa clase de libro que todos
lo pueden disfrutar por su narrativa. Aunque si les advierto que sobre el final
resulta removedor y uno termina agradeciendo que el libro sea tan escueto,
porque nos vamos a terminar sintiendo muy impotentes y muy mal por unos personajes que podrían ser
perfectamente reales. La autora nos deja bien en claro los diferentes extractos
sociales y las circunstancias tan variadas que las pueden atravesar, y por esto
creo que esta obra es importante como generadora de conciencia y de empatía
para los jóvenes. Si tienen la oportunidad de leerlo, no lo dejen pasar, porque
vale la pena lo que nos intenta transmitir.
Se preguntarán qué hago reseñando
este libro que se sale de la narrativa convencional que a todos les
interesa, y bueno, a veces el deber llama y una tiene que buscar algo que inspire
para hacer la tesis y terminar la condenada carrera, y además, fuera de broma,
estos temas les tiene que interesar a todos.
El Bullying es un tema que viene desde hace muchos años, pero
parece que recién en la actualidad ha pasado a un foco donde la gente se
asombra de la violencia entre pares y sus consecuencias, en el ámbito no sólo de
secundaria sino también en primaria. Este es un tema muy conversado, por suerte
ha salido mucho material académico y se ha comenzado a tratar desde el año
pasado en la Facultad de psicología (Universidad de la Republica, Uruguay). Sin
embargo, al día de hoy, todavía la gente
ofrece cierta resistencia a estos temas: trata de no ver que su hijo o hija
está acosando a otro, o también el docente y los padres pueden decir que la
víctima tiene la culpa, o meramente no hacer caso de las manifestaciones físicas y psicológicas de los involucrados.
Por otro lado tenemos al Mobbing, pero muchos ni saben qué significa
esta palabra ya que no se le da la debida relevancia que se merece. El “acoso psicológico laboral” (concepto con
el que define al Mobbing la autora Silvana Giachero, psicóloga uruguaya), es
algo que comúnmente se toma como parte del ambiente de trabajo, la gente
soporta los malos tratos de los superiores y sus compañeros como “lo normal”
hasta que se llega a niveles preocupantes que terminan afectando la salud
física y psíquica de la víctima.
Ahora, ¿por qué se normaliza esta
situación? Pensemos en el uruguayo común, clase media o baja, con
estudios quizás secundarios, técnicos, o terciarios, pero no de los terciarios
que tienen gran salida laboral como hoy en día son los ingenieros, sino en
alguien más que la tiene difícil, y que
muchas veces termina trabajando de algo que ni es lo que estudió. Esa persona,
que no tiene una gran oportunidad de cambiar de trabajo de un día para el otro,
que si se escapa de los malos tratos difícilmente consiga otro trabajo o quizás
termina en uno igual o peor, ¿qué decide? Y probablemente decida soportar: aguantar hasta lo que pueda, aguantar las
sobre-exigencias de su jefe, aguantar los malos tratos de sus colegas, aguantar
los “chistes” que le hagan los compañeros, aguantar el acoso sexual de sus
superiores, aguantar y aguantar, porque el día de mañana no va a poder pagar
las cuentas y poner la comida en la mesa.
Entonces, ¿qué es lo que nos trae
este libro? Al comienzo con un lenguaje coloquial la psicóloga Giachero nos
explica las situaciones que vinculan la violencia en esta sociedad, los actores
que participan de estos ambientes tóxicos, y lo entremezcla con definiciones
como las de la OMS y del DSM-V (el Manual de Psiquiatría Americano en su última
edición); y nos va contando sobre casos y experiencias que llegaron a su
consultorio a medida que nos va relatando sobre estas dos cuestiones (el acoso
escolar y el laboral) que necesitan que lo pongan como tema de conversación educadores
y padres; a nivel laboral: trabajadores, superiores, y los psicólogos de
recursos humanos.
Tal vez uno pueda chocar con esta
primera parte, por este juego que hace la autora para desligarse un poco del
lenguaje académico intentándolo llevar a un público más general va cayendo en
juicios de valor o generalizaciones que uno le pueda sorprender y le haga
cuestionar lo que dice.
“Estadísticamente,
cada tres psicópatas, dos son hombres y una es mujer, aunque esta última ‘vale
por dos’, ya que utiliza estrategias más sutiles y refinadas” Pág. 54-55
Pero cuando pasamos la
introducción y comienza la parte más “manual” uno se encuentra de lleno con los
conocimientos de la psicóloga y la información más fuerte del libro.
En la parte de Bullying se nos da un enfoque más hacia
los padres y hacia el cuerpo docente de los institutos académicos, cómo detectar las situaciones, cómo actuar, y de cómo se podría resolver y prevenir este tipo de situaciones que tanto alteran a los jóvenes y
que más tarde tendrán graves consecuencias
en sus personalidades, marcándolos de por vida.
En la parte de Mobbing, considero que es un material
que es apto para todos los trabajadores más allá de su estatus laboral
(empleado-superior), y que es un gran
mensaje de alerta para todos.
Distintas gráficas que presenta el libro
Como comentaba más arriba no
todos se animan a denunciar, como bien dice la autora cuando comienza esta
parte, por el estigma que se crea hacia al trabajador que queda tachado de “complicado”. Algunos cuando consiguen
darse cuenta de la situación en la que se encuentran pueden pedir ayuda a un
psicólogo, al Ministerio de Trabajo (con todo lo que esto conlleva), o iniciar
un proceso judicial que (para mi sorpresa) no está regulado por ley, ya que no hay una ley que nos ampare como
trabajadores que podemos ser víctimas de acoso psicológico; esto es algo que
trae la autora a la mesa y nos plantea la gran carencia que tenemos. Ahora me
explico cómo puede haber casos que igual llegan a estar peleando 9 años un
juicio contra una empresa por el maltrato, y es que no hay una ley en la que
uno se pueda amparar y por lo que muchos desisten
a la hora de denunciar.
¿Esto de que va de mano? De lo
que mencionaba más arriba, de la
normalización de la violencia, de cómo la tenemos tan intrínsecamente
metida hace siglos, y por esto uno tiene que parar, ver a su alrededor y decir
¿qué es lo que está mal? Y armarse de valor y hablarlo, hablarlo con los compañeros, presentar la inquietud a sus
superiores y seguir un protocolo de acción. Por suerte la autora nos trae uno
bien armado para aplicar en la empresa en la que estemos, y esto es necesario, porque uno puede aceptar
vivir en un ambiente tóxico pero ¿a qué costo? ¿Al costo de la vida de uno?
Porque esto tiene consecuencias para
nuestra salud mental y también tiene manifestaciones psicosomáticas que nos
pueden llevar, en los casos más extremos a la muerte, y con el mobbing (y el bullying) no se debe de jugar.
Me explayo hablando más del
mobbing porque leyendo este libro me di cuenta que es algo que a mí me hirió
hace como 8 años y veo que es una grave herida que no he podido cerrar y que al
día de hoy me sigue afectando como un fantasma que me acecha. Yo en su momento
no hice la denuncia aunque del gremio me animaron a ello, desistí porque estaba
con un contrato a término y me iba a ir y no iba a saber más de ahí… pero me
equivoqué; en aquél momento no se hablaba de mobbing, se hablaba de simplemente
“acoso laboral”, ese hombre que me hizo mobbing había sido denunciado por
“acoso sexual” y quizás con mi denuncia, aunque yo no perteneciera al gremio,
aunque no fuera más que una mera “pasante” que pasaba por ahí en un momento de
su vida, podría haber hecho una diferencia, quizás, tal vez… no lo sé porque no
volví a hablar con nadie de allí y evito pasar por ese lugar, incluso ir a otra
sucursal me produce mucha incomodidad por si me encuentro con él u otro de sus
miembros de su “banda de acoso” (la autora hace uso de la palabra “gang”), y esas son medidas de defensa
de mi cuerpo que hasta el día de hoy gritan “NO”, porque nunca sané esa herida,
y quedé con muchas consecuencias físicas y psicológicas.
El Mobbing es algo que se tiene que hablar más porque todo el mundo lo
evita, nadie quiere admitir que está en esta situación o que la está
presenciando (quien ejerce la violencia obviamente que no va quejarse de esto),
y por eso está bueno que obras como esta
lleguen al público y no se queden en un ámbito académico, que todos puedan
hacer uso de esta herramienta y proponer cambios en su empresa, cambiar ese
ambiente tóxico, y que la víctima no se convierta en el enfermo mental, en “el
loco”, en el que está mal mientras que el victimario se sale con la suya. Y no
piensen que sólo la victima va a ser la afectada, quienes lo presencian y no
dicen nada son cómplices de esta
situación, y no está bueno ser cómplice porque el día de mañana también se van
a ver afectados, o cuando se vaya esa víctima quien no les dice que quienes
juegan a los monos (ciegos-sordos-mudos), no puedan ser la próxima
víctima.
Quizás su hijo esté siendo
víctima de acoso, quizás haya un alumno que es un poco peculiar, se está enfermando
mucho, o que reacciona de manera violenta; quizás tú seas un trabajador al que
están acosando y no te diste cuenta (puede pasar), quizás en tu empresa “se
podría estar mejor” y podrías hacer algo para cambiar esta situación. Este
libro te puede ayudar a reflexionar
muchas cosas, así como me sucedió a mí que me di cuenta que no es algo que
cayó en el olvido y dejé atrás, es algo que nos acompaña y que tenemos que
buscar cómo superarlo con una buena terapia. Este libro es un punto de partida, es un manual que los va a ayudar a ver a su
alrededor y ser parte de un buen cambio (si, suena a campaña política xD), y
dejar de ser un ciego a un grave problema de nuestra sociedad, y buscar la cura
y la prevención de la enfermedad. Un recomendado para estudiar y tomar en cuenta en nuestras vidas.
Muchas gracias a Penguin Random
House por el ejemplar, pueden visitar “Me gusta leer” para más información de
este libro.
Basado en el manga de Natsume
Ono, nos llega una historia del reino de Dowa, el cual está compuesto por 13
distritos. Cada distrito tiene sus propias características que lo hacen una
cultura distinta de las demás, además de las diferencias geográficas, de
producción, y características físicas de sus habitantes.
Pero hay algo que comparten,
aparte de un rey, y es la organización ACCA, de la cual sirven todos los
servicios de seguridad para los ciudadanos.
Aquí se encuentra nuestro
protagonista: Jean es un agente inspector, el cual tiene el deber de visitar
cada distrito y tras el papeleo descubrir si hay algo que esté en infracción.
Si, suena como un mero anime de
trabajo burocrático (cosa que tampoco es común), pero tras cada visita de Jean
notamos que algo se va gestando por detrás, distintos hilos comienzan a
moverse, corre el rumor de un golpe de estado, y algunas personas comienzan a
verlo con ojos de sospecha a nuestro protagonista, y Jean quedará en medio de
numerosos problemas en medio de sus inspecciones.
La historia va presentando así
una serie de intrigas y giros en los que ya no sabemos en quienes podemos confiar.
Desde su protagonista que no da pistas de nada, el sospechoso y carismático
fotógrafo amigo de la infancia, a los agentes superiores que se presentan de
manera altanera o amigable. No se sabe quién en realidad es “aliado” o quien en
realidad está tramando algo, convirtiéndose la serie burocrática en una serie
de conspiraciones políticas y espías a la vieja usanza.
La animación de Madhouse es de lo
más peculiar con esta serie, ya que uno no sabe si el estilo simplista que usan
en los paneos grandes es a propósito, o por falta de presupuesto, ya que cuando
tenemos primeros planos los detalles, movimiento y colores resaltan con la
calidad de siempre del estudio. El OP de la serie es muy potente, con un rap y una
voz suave casi que salida de una bossa mezclados, además que la OST en general
resulta de lo más interesante con un toque de jazz y realmente destaca.
Considero que fue un anime que
cumplió con el nivel de calidad que se propuso a nivel de trama, parecía una
serie al comienzo demasiado tranquila aunque con un cierto enganche, y mucha
comida que provocaban que uno acompañara la serie con algo para merendar (se
nota que la mangaka también autora de Ristorante Paradiso puso todo su gusto
por la gastronomía como marca personal); pero más tarde introdujo a la política la
intriga, el misterio, y con unos personajes llamativos supo entretener.
Realmente me estuve preguntando como iban a resolver todo hasta último momento.
Una buena serie que pasó por la grilla de la temporada, quizás no la mejor
(Rakugo cerrando esta temporada se robó todos los premios), pero sin dudas de
lo que más se esperaba semana a semana por su buena historia, la considero una
serie recomendable para quienes gustan de los anime de conspiraciones.
Esta sextología llega finalmente
a nuestro país como una de las grandes novedades de Penguin Random House
(muchísimas gracias por el ejemplar); para esto un grupo de chicas bloggers y
booktubers organizaron una lectura conjunta que pueden seguir por las redes
sociales con el hashtag #LCCristal. Sofía, una de las organizadoras, me
incentivó a unirme y terminé aquí, con este libro en mis manos… sinceramente me
gusta leer cosas que ya están terminadas, pero la emoción colectiva era tanta
que terminé cediendo y dejándome llevar.
En el libro se nos transporta a
un mundo medieval, a un reino donde la magia ha sido prohibida. Allí nos
encontramos con Celaena Sardothien, quien supo ser una reina de los bajos
mundos, una famosa asesina quien hace un año, fue traicionada y capturada por
las autoridades. El temible Rey optó por una de las peores condenas que podían
esperarse, trabajar en las minas de sal de Endovier hasta la muerte.
Celaena ya casi es una sombra de
lo que solía ser cuando era llamada “La Asesina de Adarlan”: escuálida, llena
de cicatrices, cubierta de mugre y casi sin vestigios de lo que era su belleza;
ya espera lo peor, sin escapatoria espera la muerte.
Pero su destino cambia cuando un
caballero de la guardia real la viene a buscar y la lleva frente al príncipe
Dorian, quienes están allí para hacerle una propuesta que no podrá rechazar: la
de entrar en un torneo para ver quién es el mejor asesino y convertirse así en
un campeón para el Rey… y si cumple con éxito todos los encargos por 4 años será
libre.
Libertad, qué palabras más dulces
para alguien que se siente completamente desahuciado. Celaena obviamente
acepta, y termina bajo la tutela del caballero que la fue a buscar, Chaol, el
capitán de la guardia real. Se someterá a los más duros entrenamientos y
pruebas, pero el torneo no será lo único que le espere a la protagonista,
cuando una serie de misterios mágicos comiencen a complicar las cosas.
Cuando comencé este libro, me
recordé a mí misma que era un libro introductorio por lo que no debía de
esperar grandes cosas cuando recién arranca la historia. La lectura la encontré
ligera, para nada pesada, pero algo me rechinaba, y era su protagonista.
Sin dudas no a todos nos tiene
que agradar de entrada la protagonista y esto que quede claro: me llegué a
amigar con ella más tarde, pero al comienzo me rechinaba muchísimo su vanidad,
sus vergüenzas constantes de estar frente a un príncipe y ella con ese aspecto
de mugrienta (y si mija, estás de esclava en una mina, no estás como salida de
un spa), y no era que lo dijera una o dos veces, era continuo y me daban ganas
de sacudirla. Uno entiende que ella era una belleza matadora de 17 años, y
después de un año en las minas no le dan ni la hora, pero tanta mención a su
aspecto físico llegaba a desesperar.
Sobre el resto de los personajes
resultan todos muy carismáticos y van dejando su huella, cosa que me resultó positiva,
desde los personajes “villanos” y competitivos, a los colegas y
pseudo-pretendientes de la asesina, todos tenían puntos a destacar y hacían la
lectura atractiva.
Sobre la trama en sí, volvemos a
que es una mera introducción a todo un mundo que se va a desplegar en 6 tomos y
sus “side quest” que sirven de complemento (unos tomos extras y muy pequeños por
lo que me comentó Stephie). Vamos a conocer un poco del pasado de la
protagonista y nos va a dejar picando con mucha cosa que no se cuenta, y en
medio del torneo van a surgir cosas turbias que le van a dar emoción a la trama
(quizás esto de la magia se sienta como que salta de golpe, pero es verdad que
desde el comienzo del libro nos tienen avisados), y además no nos va a faltar el romance que
siempre pone las cosas picantes y uno comienza a tomar partido por tal y cual
pretendiente.
Como punto meramente estético,
les diré que es un lujo tener esta bellísima edición en papel que es fiel a la
tapa original (si, la que se parece a Katarina del LoL), es suave al tacto y
estéticamente es muy llamativa.
El nivel de disfrute de la
lectura va en ascenso a medida que uno va avanzando, quizás al comienzo sea
meramente entretenida, pero se va volviendo atrapante sobre el final del libro,
dejando con ganas de más. Espero que el resto de la saga siga llegando a buen
ritmo a nuestro país y que pueda seguir leyéndola porque realmente me terminó
gustando mucho.
Quizás si ustedes leen este
título, más de sonarles curioso no va a ser, pero si les digo “Blade Runner”
ahí se les va a prender algo dentro de su mente y se van a acordar
automáticamente aquella película del 82 con Harrison Ford y dirigida por Ridley
Scott. Como muchos ya saben las adaptaciones a veces poco tienen que ver con
los libros, a veces unos y otros son mejores, pero en este caso voy a comentarles
lo mismo que me dijeron a mi: “tómenlo como cosas diferentes” ya que van a poder
apreciar a ambas cosas con distintos ojos.
En la película de Ridley Scott
teníamos algo así como una visión futurista de Hong Kong, con un barrio chino
interminable, mucha gente (muchos de ellos orientales y enanos… por alguna
razón), y una lluvia continua; sin embargo la visión de Philip K. Dick nos deja
una sensación algo diferente.
En la obra de Dick del 68, se nos
transporta a unos ’90 ficticios, a un mundo polvoriento, casi que desértico
tras una Tercera Guerra mundial, la cual implicó la históricamente temida “Guerra
Nuclear” que destruyó la Tierra y obligó a los humanos transportarse a colonias
espaciales y vivir en Marte.
Pero no todos los humanos se
fueron, algunos decidieron quedarse por una cuestión de arraigo, y otros
directamente no se les permitió, ya fuera por enfermedades crónicas que
padecieran o por estar contaminados por “el polvo” radioactivo.
La vida es solitaria, y por lo
que nos relatan sus protagonistas quedan pocos humanos, pero quienes viven en
la Tierra tienen una misión, o un deber si se quiere, y es el de proteger a los
animales que no se extinguieron con la radioactividad. Por ello su principal
preocupación es el de tener un animal vivo y sano, para poder reproducirlo, y
siempre llevan un catálogo encima para corroborar sus precios y si alguna
especie ha dejado de existir.
Todo esto lo vemos a través de
los ojos de Rick Deckard, un hombre casado y con un matrimonio bastante infeliz
a causa del fallecimiento de su oveja, la cual terminaron remplazando con una
oveja eléctrica.
Rick es un caza recompensas de la
policía de San Francisco, que se encarga de recuperar “andys”, androides que se
escapan de las colonias espaciales y vienen a la Tierra en busca de su
libertad. Pero Rick no es el as de la jefatura, como más o menos lo pintan en
la película, no, él es algo así como un suplente; el as fue otro, al que
mandaron a recuperar unos peligrosos “Nexus 6” y terminó internado en medio de
su violenta misión. Así que ahora le piden a Rick que vaya por ellos, lo cual
representa una gran oportunidad, porque si junta suficiente dinero puede
comprarse una avestruz de verdad, y quizás así su matrimonio que está a punto
del divorcio pueda recuperarse.
Básicamente este es el comienzo
del libro, el cual se siente entreverado y algo pesado, a falta de
explicaciones de algunos eventos, los cuales están llevados con cambios bruscos
en el relato. La “cacería” durará solo un par de días, y es por ello que tras
pasar la introducción el relato se siente tan ágil y por momentos confuso ante
los cambios de escenarios, ya que el lector deberá descifrar a medida que
avanza el relato dónde está Rick.
Es así que hay una parte que no
se comprende mucho en el comienzo y lo vamos a entender cuando la narración
esté más avanzada, y nos daremos cuenta de qué se trata. Uno de los principales
temas que se tratan en la obra es el “Mercerismo”, una especie de religión que
es la base de la cultura de su sociedad. ¿Por qué se siente entreverado? Cuando
venimos leyendo los primeros capítulos se nos transporta de un párrafo al otro
a un lugar donde suceden cosas extrañas, se ve una colina donde está un tal
Mercer (al estilo de Jesús), y otros sujetos tiran piedras, y no entendemos a qué
viene todo esto, si estamos en la misma realidad, o si es otro mundo, un sueño,
o vaya saber qué, pero el relato nos dará explicaciones más adelante.
Ya en medio de la misión
encontraremos que quizás esta no sea tan espectacular como nos pinta la
película, de hecho gran parte de los cuestionamientos que se hace Rick a base
de su misión va de la mano del estudio de empatía que debe de aplicar a los
Nexus-6, para así descubrir si el ser que tiene delante de sí es humano o un
androide. Sobre esto debo de decir que es interesante ver cómo Dick se
imaginaba los estudios de empatía, con una neuropsicología muy reciente a
finales de los 60, y casi que la parafernalia utilizada puede verse como una
curiosidad. Sobre los estudios se trata de una serie de preguntas que va de
manos del respeto a la naturaleza y como su cuidado se ha vuelto tan intrínseco
en los humanos que reaccionan mal ante su destrucción.
Sobre el cierre del libro
caeremos en la cuenta del viaje filosófico por el que nos transporta el relato
en medio de la cacería de Rick, no es sólo el tema de la acción sino que se nos
deja en claro el tema del mercerismo como una crítica a la sociedad, se nos
plantea el miedo del escritor en medio de la Guerra Fría y del recuerdo de la
Segunda Guerra con la distopía que crea en un mundo desértico lleno de culpa,
dado que la vida se deforma y perece por culpa de la humanidad; a causa de esto
está la obligación ideológica de la empatía por los otros seres vivos, y el
cuestionamiento de si tratarlos como iguales a los androides porque se parecen
físicamente a nosotros, a pesar de que ellos carezcan de la empatía como parte
de su funcionamiento cerebral. Por otra parte está la soledad, como está tan
remarcada a pesar de convivir con otros seres, como está la necesidad humana de
conectarse con otros y el miedo constante a perecer en solitario.
“(…) un peón con
aspiraciones a algo mejor. ¿Sueñan los
androides?, se preguntó Rick. Evidentemente. Esa es la razón de que a veces
asesinen a sus empleadores y huyan aquí.” Cap. 16
Es un libro que si bien puede ser
difícil de comenzar se lee con mucha ligereza una vez que el relato termina de
tomar forma. Es interesante el choque visual de la ciencia ficción de finales
de los 60 con los 80 de la película, con la visión actual. Creo que la esencia
del libro se diluye en la película, pero que se mantiene de fondo como algo
palpable solo para aquel que entiende sus guiños; igualmente coincido con
aquello de “tomarlos como cosas distintas”. El mensaje que nos deja el libro es
el de cuestionarnos los usos de la tecnología, el mensaje colectivo de
culpabilidad y cuidado de la naturaleza, y de nosotros mismos a fin de cuentas,
ya que como seres sociales y pensantes sufriremos al caer en la soledad y
autodestruirnos como sociedad.
Claudia Córdoba es una joven
escritora uruguaya, miembro de nuestro querido club de lectura de quien ya tuve
el gusto de reseñar anteriormente con su adorable libro infantil: “Cuentos de las tierras olvidadas”.
En esta oportunidad ella cambia
su perfil de narradora infantil, y pasa a traernos una historia juvenil con
algunos toques cruentos.
Vampyra es una niña… o más bien
lo supo ser, con unos 13 años que la mantienen congelada en el tiempo desde 1882.
Su nacimiento y los primeros años de vida los recuerda con mucho amor, pero
luego su vida daría un giro, y tras un extraño ritual de una familia de origen
africano y con magias antiguas la resucitaron; dejándola en un mundo
intermedio, en el que no está del todo viva, ni del todo muerta, es un ser que
mantiene su alma pero su cuerpo es inmortal, y con una dura necesidad: el de
tomar sangre.
Por esto, el ritual fue
considerado el gran error familiar; habían creado un monstruo, a un vampiro, y
su familia desde entonces ha tenido el deber de dar captura a ese ser y darle
su descanso de una vez por todas.
José Luis no está nada feliz
cuando su moribundo padre le hace este encargo, él nunca quiso creer en la
cháchara esa de poderes místicos y esos cuentos que han pasado de generación en
generación. Pero ha visto la muerte de cerca por culpa de la vampira, y debe de
aceptar el encargo contra su voluntad, haciendo lo necesario por acabar con ese
mal que aqueja su familia.
Creo que podemos dividir el libro
en dos partes, en la primera se siente que estamos con un preámbulo demasiado
largo y que se siente pesado y entreverado: y es que la historia fluctúa entre
espacio temporal y distintos personajes constantemente. Mientras esto pasa
tenemos que Vampyra se ha dejado capturar por José Luis y Daniel, su hijo de 15
años que lo ayuda, están escuchado su historia, y previendo cómo matarla antes
de que la situación se salga de control.
La segunda parte comienza luego
de la página 70 aproximadamente; vamos a que Vampyra se ha liberado de sus
captores (lo cual ya se sabe que va a pasar porque se anuncia en el prólogo) y
que ahora ella busca la ayuda en Daniel, quien claramente se ha enamorado de
ella. Vampyra se aprovecha de esto, para poder acercarse a la familia; ella
sabe lo riesgoso que es, incluso algo similar le costó caro en el pasado, pero
ella está buscando algo en esa casa, alguna pista, algo que le permita
conseguir la paz.
“Comenzaba a
comprenderla, más incluso de lo que su padre jamás haría. No sabía si aquello
era verdad, pero sonaba a verdad, y se negaba a creer que no lo era. No tenía
sentido, ella no ganaría absolutamente nada engañándolo… ¿o sí?” Pág. 71
Entre tanto las cosas en la
familia Aranda se siguen poniendo más turbias, con José Luis cada día más
perseguido y agresivo, con una tía que quiere explicar las cosas pero nadie la
escucha, con una hermanita llamada Luz que no se le presta mucha atención al
inicio pero después cobra su debida importancia.
“No entendía la raíz
que impulsaba a que su corazón se acelerara con tanto odio, pero debía creer
que estaba controlado, que aquello no era obra de nadie para provocar un gran
desastre. (…) tenía que creer que tenía razón, que hacía lo correcto. Él solo
quería lo mejor para su familia.” Pág. 159
Aquí ya la historia no se siente
entreverada, se siente que finalmente se ha encauzado con el propósito de
Vampyra, y se da algo similar a una relación amorosa, pero que en realidad no
es el típico amorío adolescente prohibido, ya que se forma en su lugar un
fuerte vínculo entre la vampira y el jovenzuelo; a costas de todo lo que su
padre pueda opinar del asunto, y de lo que moralmente es correcto y su familia
está destinada a hacer.
La novela aquí muestra su
verdadero potencial, tornándose más ágil en el relato, teniendo una buena
construcción de escenarios, y mostrando unos giros en la trama muy violentos e
inesperados, partes muy cruentas que sentís que la historia se está poniendo
muy oscura y turbia, para lo que parecía ser; mostrando así una madurez en la
escritora de los distintos temas violentos que se anima a redactar.
“Nadie, en todo el
trayecto, le preguntó si estaba bien. Nadie le prestó ayuda.” Pág. 174
Así también sucede con la
construcción de personajes, en los cuales uno puede llegar a sentir una cierta
simpatía con algunos, y una gran adversidad con otros (o con José Luis más
puntualmente xD).
Si bien el inicio y el epílogo se
sienten entreverados, ya que tienen algunos cambios bruscos de eventos y sobre
de quien se está hablando, la mayor parte de la historia muestra el potencial
que tiene la autora para seguir mejorando dentro de la novela larga (ya nos
demostró que lo hizo excelentemente con el formato de cuentos), con su rico
vocabulario, y además que llega entretener a alguien, que desde hace un buen
tiempo, no le llega mucho lo que es el género vampírico. Se nota su trabajo de
querer llevar esta historia a nuestra realidad, trayéndolo a nuestra capital
(Montevideo), y tener algo más tangible dentro del mundo fantástico de los
vampiros. Considero que lo ideal sería ver este libro en un futuro reeditado y
mejorado con más experiencia de su autora, ya que creo que para un lector joven
interesado en el mundo vampírico puede llegar a gustarle mucho sentirse en la
piel de los hermanos Aranda y su herencia mística.